sábado, 6 de octubre de 2012

La Ley de educación que nos espera

Hace tiempo que no escribo en el blog y no existe ninguna razón que me lo impida; puede que mi propio ánimo. La Ley de educación que nos está preparando el ministro Wert es la más retrógrada que he conocido; pronto haré treinta y dos años de servicio. Ya no solo en el contenido de la ley sino en la propia forma de concebirla: sin consenso, sin debate, sin participación. Wert es un gran heredero de la escuela prusiana y del despotismo ilustrado pero, además, se equivoca.

La política es atrevida y empieza a ser un virus perjudicial para nuestra sociedad. Poner la Educación en manos de alguien manifiestamente incapaz es altamente peligroso. Necesitamos ya un pacto en educación para que las leyes y sistemas sean estables el tiempo necesario para alcanzar sus logros. Pero nada es fortuito. Wert y el gobierno persiguen un modelo concreto de sociedad que apunta a una mayor exclusión, una mayor competitividad, una mayor estratificación de las clases sociales. ¡Lo que no sé es cómo no estamos en las calles! ¡Ah, claro, es que ahora lo prohiben! Democracia es un término que todavía no han logrado entender algunos políticos que nos gobiernan.

Yo le recomiendo encarecidamente al ministro que vea la película La educación prohibida. Lo hago por su bien, por su propio aprendizaje, porque lo necesita realmente; vamos, de buen rollo.