sábado, 6 de octubre de 2012

La Ley de educación que nos espera

Hace tiempo que no escribo en el blog y no existe ninguna razón que me lo impida; puede que mi propio ánimo. La Ley de educación que nos está preparando el ministro Wert es la más retrógrada que he conocido; pronto haré treinta y dos años de servicio. Ya no solo en el contenido de la ley sino en la propia forma de concebirla: sin consenso, sin debate, sin participación. Wert es un gran heredero de la escuela prusiana y del despotismo ilustrado pero, además, se equivoca.

La política es atrevida y empieza a ser un virus perjudicial para nuestra sociedad. Poner la Educación en manos de alguien manifiestamente incapaz es altamente peligroso. Necesitamos ya un pacto en educación para que las leyes y sistemas sean estables el tiempo necesario para alcanzar sus logros. Pero nada es fortuito. Wert y el gobierno persiguen un modelo concreto de sociedad que apunta a una mayor exclusión, una mayor competitividad, una mayor estratificación de las clases sociales. ¡Lo que no sé es cómo no estamos en las calles! ¡Ah, claro, es que ahora lo prohiben! Democracia es un término que todavía no han logrado entender algunos políticos que nos gobiernan.

Yo le recomiendo encarecidamente al ministro que vea la película La educación prohibida. Lo hago por su bien, por su propio aprendizaje, porque lo necesita realmente; vamos, de buen rollo.





lunes, 21 de mayo de 2012

22 M

En este país, estamos retrociendo treinta años atrás. Desde los años 80, en muchos sectores sociales, hemos luchado mucho para conseguir aquello que creíamos justo y beneficioso para una sociedad abierta, plural y democrática para todos. Parece mentira todo lo que se puede destruir en seis meses. Y se hace sin pudor, con la mentira permanente, con la descalificación. Ellos no sufren, a ellos no les afecta, con ellos no va esta historia. Desde el desconocimiento, desde la prepotencia, desde el decretazo, gobiernan envueltos en un caparazón que les hace indestructibles. Hoy, los políticos son una casta peligrosa, corrompida, llena de intereses particulares. No tienen ningún sentido del deber y del servicio público sino del beneficio propio. Ahí tenemos a Wert, elevado a las alturas, justificando lo imposible. Pero lo peor de todo esto no son ellos sino nosotros mismos que nos agazapamos, miramos para otro lado, nos dejamos avasallar; somos débiles, estamos desunidos, aguantamos hasta la humillación. Cada cual que se pregunte a sí mismo hasta dónde llega su dignidad. Yo iré a la huelga y dejaré claro mi malestar. Ya no es hora de indefiniciones. O estás o no estás y así te retratas ante ti y ante los demás.

sábado, 14 de abril de 2012

Superhéroes

Qué fácil era esperar a que un héroe apareciera en el momento más inesperado y salvara a la chica o ahuyentara a los malos o nos sacara del enredo más complicado y difícil. ¿Se podrán alquilar estos benefactores de la humanidad para causas justas? Yo necesitaría el auxilio de uno de ellos para lanzarlo contra los recortes de sanidad y educación (por ejemplo) y que de un manotazo mandara al espacio sideral a algún político poco cualificado (meramente arropado por las urnas) a cumplir condena con la acusación popular de inútil. Esta mañana de lluvia y frío tardío me vuelve un romántico.

sábado, 3 de marzo de 2012

Érase una vez

Érase una vez una institución de formación que nació hace muuuucho tiempo. Sus primeros pasos no fueron fáciles pero poco a poco se fue haciendo así misma con la ayuda, comprensión y participación de la comuniad educativa. Y llegó felizmente a mayor dando servicio, ayuda, formación, renovación e investigación al necesitado mundo educativo. Pero un día llegaron los tecnócratas, los hombres grises, y decidieron sin más razón ni verdad acabar con todo aquello por el mero hecho de ser una institución en manos del profesorado. Demasiado subversivo, demasiado peligroso para aquellos que estudiaron en colegio de pago lo que era la democracia pero no la ganaron en la calle.


martes, 10 de enero de 2012

Epitafios


Tengo predilección por los cementerios. Es posible que me guste mirarlos desde fuera, claro, con cierto aire de satisfacción por saber que por mucho que pasee por sus tumbas, nichos o mausoleos siempre podré, por mi pié, salir por la puerta (de momento). Y me gusta leer los nombres de los que están allí, sus fechas y sus mensajes que nos han dejado para ser leídos "toda la vida". Morir con epitafio es una buena elección. Cuando pensamos cuál sería el nuestro intentamos que sea original, simpático, que resuma nuestro paso por este mundo, que los allegados tengan siempre un motivo de recuerdo... No sé porqué he traído este tema ahora a este blog. Será que el 2012 es el año anunciado por los mayas como el fin del mundo y a mi me han entrado escalofríos, o será por este invierno seco pero helado o será que hacía mucho que no escribía y lo que he intentado era "romper el hielo y el silencio".