martes, 14 de junio de 2011

Pixeles y belleza

La conjunción de múltiples fragmentos pueden dar lugar a un solo concepto. Y las posibilidades de combinación son ilimitadas. Pero en este juego matemático faltan algunos ingredientes importantes, algunos elementos cruciales para que la fórmula sea universalmente válida. Falta la frescura, el sonido de una risa, el brillo de la mirada, el roce de los labios... Nos hemos acostumbrado a lo virtual como si fuera, en orden de prioridades, el primer mundo necesario, o el terreno más propicio para dejar que nuestra personalidad se desarrolle. Yo prefiero el cara a cara donde las palabras son los transbordadores que nos llevan desde la isla del olvido a la del dolor, desde las orillas de la alegría hasta los límites de la esperanza, donde los corazones laten tan deprisa que su ruído son capaces de sobrecogernos, donde puedo comprar los billetes hacia la belleza.

lunes, 6 de junio de 2011

Música y personas

 

Cuando oímos una canción, a veces la identificamos con una persona concreta. No es que su letra narre con exactitud sucesos o momentos vividos. Puede que sea el sentido general o una palabra o frase determinada la que rápidamente nos sugiere un nombre, un espacio, una mirada, un estremecimiento en la piel... Esta canción me trae siempre insistentemente la misma imagen, el mismo eco de una persona cercana.

miércoles, 1 de junio de 2011

Lisboa

Vuelvo periódicamente a Lisboa buscando su lentitud, su anclaje en el tiempo, su inclinación perfecta hacia el río y su húmedo calor que empapa las conciencias hasta dejarlas exhaustas, renovadas, limpias. Lisboa siempre se renueva y siempre está ahí, como una amante fiel; nada te exige y generosa se ofrece. Lisboa me provoca un bucle en la memoria y me interroga constantemente sobre mi propia historia, la que me hace avanzar o retroceder, la que beneficia o me inquieta.